sábado, 3 de marzo de 2012

Libertad delimitada



Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE)  la LIBERTAD es la  Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos."
Es así como a simple vista es fácil entender que una persona es libre cuando puede o no actuar de forma determinada,  siempre y cuando esté en capacidad de asumir la responsabilidad de sus actos.

Entonces, el concepto de libertad se vuelve una quimera para los padres que desean transmitir a sus hijos este precepto como un valor.

Y aunque queda claro que nuestros hijos tienen una “facultad natural para obrar o no de una manera u otra”, la gran pregunta que todos nos hacemos es, ¿Cómo podemos determinar si nuestros pequeños poseen el grado de conciencia necesario para ser responsables de sus actos?

Quizás este sea el cuestionamiento más perturbador para todos los que buscamos formar a nuestros retoños sobre la base de un sistema de valores familiares y sociales en este mundo tan cambiante  en el que nada se da por sentado.

Aunque existen montones de fuentes bibliográficas para consultar,  la paternidad no tiene manuales, es una combinación de las referencias que tenemos de nuestros padres,  las conversaciones sostenidas con amigos y parientes y un inmenso despliegue de intuición, que junto a los llamados “instintos” terminan por marcar nuestro camino.

Por eso, aunque suene contradictorio, la primera lección de libertad que debemos darle a nuestros hijos es enseñarles que su elección siembre estará delimitada por ellos mismos.

Con mi quinceañera la cosa ha ido más o menos en estos términos. Entre los 4 y 5 años comenzamos a enseñarle independencia y le concedimos  “libertad” de seleccionar su vestimenta y su peinado. Algunas personas cercanas calificaron la acción como una locura, pues es labor de los padres “preocuparse por la apariencia personal de sus hijos”, sin embargo nosotros creímos fundamental dar este paso, para ir explorando el tema de la libertad con nuestra pequeña retoña.

Por ello le explicamos que respetábamos su opinión pero que ella también debía valorar la nuestra y la invitamos a acompañarnos a comprar la ropa para su cumpleaños Nº 5. Su emoción se hizo sentir y con ojos de niña grande comenzamos el periplo de preguntas y respuestas monosílabas seguidas por un dulce “mami”.
-¿Amor, te gusta este pantalón?
-No, mami
 -¿Y este vestido?
-No, mami
-¿Y esta falda?
-No, mami

Tras veinte piezas más, la paciencia comenzó a agotarse y entendimos que algo estábamos haciendo mal, así que tras un coffe breack y un intercambio de opiniones mi esposo y yo coincidimos en que  era el momento  de cambiar de táctica, e implementar una nueva jugada.

-Ok hija,  parece que nada de lo que te mostramos te agrada, entonces hagamos algo, selecciona tú lo que quieres ponerte, nosotros te ayudamos a que cuadre con tu talla y con el precio que tenemos programado y si te queda bien y vale lo justo lo compramos.

Finalmente habíamos dado en el clavo. Pararon los monosílabos y se reavivó el entusiasmo. Básicamente la niña eligió las piezas que nosotros previamente le habíamos enseñado, pero en otros colores. Con entusiasmo comenzó a mostrarnos las faldas o los pantalones y al final, lo que había sido una larga mañana de monosílabos terminó en una concreta compra de 20 minutos en la que todos salimos felices.

Diez años más tarde seguimos en la misma tónica, aún puedo salir de compras con mi ahora quinceañera y ser “espectadora activa” de su decisión… Espero pacientemente a que ella seleccione la pieza y salga a modelarla y tras haber enviado una foto de su indumentaria a su mejor amiga termina por preguntarme:
-¿Qué te parece mami, cómo me queda?
Entonces opto por asumir mi rol y formular mis inquietudes en forma de cuestionamientos que le permitan a mi quinceañera llegar a una conclusión sensata, no impositiva y sobre todo considerada, valorativa y sincera.
-Me parece que te queda bien hija, pero cuéntame algo… ¿Piensas pasar toda la fiesta de pie, es decir, no te vas a sentar y tampoco vas a bailar? ¿Por qué no bailas un poco frente al espejo y miras cómo te sientes con el vestido?
Y entonces ocurre el milagro, mi quinceañera se da una vuelta con su falda cortísima frente al espejo y descubre que su atuendo no es el apropiado para su propósito: verse bien en la fiesta pero también poder bailar, disfrutar y proyectar una imagen. Y entonces desecha la pieza con absoluta y total libertad.

Educar y formar con LIBERTAD a nuestros hijos significa enseñarles algo más que el significado del concepto o de su resonancia como un valor. Parte del principio de no confundir la autoridad con el autoritarismo.

Los padres podemos hacer prevalecer nuestra autoridad cuando somos capaces de controlar la situación sin dominarla. Debemos ser capaces de  explicar nuestra posición y respetar la opinión y posición de nuestros hijos, entendiendo que a fin de cuentas ellos tienen la “facultad natural de obrar o no de una manera u otra”.

Nos corresponde delimitar las actuaciones, explicarle a los hijos los riesgos y las posibles consecuencias de sus acciones, pero también es nuestro trabajo darles la opción de elegir, porque así nos aseguramos que ellos están aprendiendo a optar por la alternativa correcta y poco a poco podemos desarrollar la confianza necesaria para creer en el buen juicio de nuestros hijos y en su capacidad de ser “responsables de sus actos."

Para una formación basada en el principio o valor de la libertad los padres debemos internalizar que nuestros pequeños necesitan que les apoyemos en el proceso de exploración y satisfacción de sus deseos. Si les animamos a tomar la decisión correcta nuestros hijos aprenderán paulatinamente a asumir la responsabilidad y a mantener abiertos los canales de comunicación tan necesarios para que podamos vigilar sus acciones como espectadores con participación, pero sin imponer nuestra opinión o intentar ser dictadores de su mundo.

2 comentarios:

  1. Pero amiga, la verdad q me ha encantado esta entrada, me he reído un montón imaginandote en cada situación, sigue escribiendo que lo haces súper,
    Un abrazote!
    Odalis

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  2. Gracias por animarme Odalis, la idea es que a través de este espacio podamos reflexionar, pensar e incluso reir juntos... la vida es sin duda una cadena de momentos que compartidos suelen ser más gratos

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