A muchos este nombre no les sonará, pero a otros estoy
segura que sí. En la época en que la TV
era la reina de los hogares, no existía control remoto y las comiquitas en
lengua española no tenía doblaje con acento neutro, los pequeños y no tan
pequeños nos deleitábamos con la inocencia y dulzura del pollito Calimero, un
animé creado en Italia, pero inmortalizado en España, que volvió célebre la
frase "Es una injusticia".
Con el paso de los años, Calimero se convirtió en la imagen
de las persona quejumbrosas, que se victimizaban ante las circunstancias de la
vida, e incluso se popularizó el "Efecto Calimero", el cual hacía
referencia a quienes clara y abiertamente se declaraban víctimas de las
circunstancias. Pero como todo en la vida este concepto -más popular
que científico- mutó, y ahora nos encontramos frente a una amplia gama de Calimeros
a los que vale la pena reconocer, sobre todo si forman parte de nuestro sistema
relacional o familiar.
¿Pero, qué
caracteriza a los "calimeros" de la nueva era?
1) Los Calimeros Pasivos: son aquellos que conservan la
visión inicial del concepto y le echan la culpa de todos sus males a las
personas a su alrededor, pues nunca son responsables de lo que ocurre. Según
ellos la culpa es de los políticos, de los corruptos, la sociedad, la iglesia, el
internet... y tras un rato de escucharlos uno termina por preguntarse ¿Será que
esta persona sabe que los políticos los elegimos nosotros, que los corruptos
reciben los sobornos que nosotros les damos, que la iglesia somos nosotros y
que nosotros podemos controlar, regular o limitar el acceso o uso que le damos
al internet? La verdad pareciera que no, porque en los "Calimeros Pasivos"
cuesta evidenciar la autoconciencia.
2) Los Calimeros Caraduras: Para entenderlos les pido que piensen en un embudo, porque así opera su sistema
relacional. Los "Calimeros
Caradura" se merecen el lado amplio del embudo, mientras que el lado
angosto es para los otros. Por tanto siempre piden favores, pero dan poco o
nada a cambio, y cuando no se les complacen sus caprichos o satisfacen sus
necesidades arranca la crítica y el chantaje emocional. Literalmente se
aprovechan de los demás, aunque no siempre de manera consciente.
3) Los Calimeros IQ alto: Son perfectos o semi perfectos y
nunca reconocen los méritos de los otros ni hablan positivamente de ellos. Nada les complace ni es lo suficientemente
bueno, creen que las personas que les rodean son -por naturaleza- incapaces, e
intentan imponer su punto de vista y forma de vida a los demás. Se creen poseedores
de la verdad y la razón. Normalmente poseen un IQ alto, lo cual -debo aclarar- no
significa que sean inteligentes. Simplemente poseen destrezas cognitivas que
utilizan para criticar o generar respuestas para todo o casi todo. Se imponen a
través de la humillación, la supremacía del poder o el irrespeto. Retan,
prueban y castigan. Y en el fondo solo esconden su indefensión, inseguridades, ansiedad
y temores.
Cuando estamos delante de estos "Calimeros" lo
primero es NO otorgarles el poder de hacernos caer en su juego. Nosotros
decidimos si jugamos o no. Si se trata de un familiar, de un colega o incluso
de un superior, es preciso entender que existe una distancia muy grande entre
una crítica constructiva y una que nos afecta emocionalmente.
Un feedback correctivo jamás debe
sustentarse en una opinión. El mismo se realiza desde la descripción de un
hecho concreto y el análisis de las causas y consecuencias de lo observado.
A los "Calimeros" se les desarticula desde la
asertividad, desde la defensa del derecho que tenemos a equivocarnos y a vivir
nuestras propias experiencias, a elegir nuestras amistades, nuestras querencias
y, por supuesto, a evitar que nos manipulen.
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