viernes, 18 de noviembre de 2016

Eres rápido, fuerte e inteligente ¿y qué tan bueno eres para cambiar?

Cambiar es quizás una de las tareas más difíciles para los seres humanos, sin embargo, si queremos salir airosos de la vida es fundamental entender que  "todo llega, todo pasa y todo cambia". Entonces ¿por qué nos cuesta tanto cambiar?

Explicaciones para esto hay miles, que si el aprendizaje, la generación, las barreras biológicas innatas, los factores psicológicos, etc..etc..etc.. pero pareciera que en esta búsqueda constante de las explicaciones que nos permiten justificar nuestras resistencias, perdemos de vista la comprensión de que el cambio es una actitud, es decir, está compuesto por tres (3) elementos:  lo que pensamos (componente cognitivo), lo que sentimos (componente emocional) y lo que hacemos (componente conductual). Por tanto, al pasar del punto A  al punto B recorremos un camino que se ve influido por lo que pensamos, lo que sentimos y cómo unimos el pensamiento y la emoción para transformarlo en un comportamiento.

Las actitudes son formas de respuesta y rara vez son un asusto individual, generalmente las aprendemos de los grupos que nos producen simpatía y esto no solo es peligroso, sino que puede servirnos para explicar por qué en una era de avances tecnológicos, globalización y ruptura de paradigmas, en vez de mostrarnos dispuestos a aceptar los cambios nos anclamos en el pasado y aunque el mundo nos empuja al punto B hacemos hasta lo imposible por permanecer en el A.

Y es que para que podamos tener una carga afectiva a favor o en contra de algo, es necesario que exista también alguna representación cognoscitiva de ese algo, y lo que suele ocurrir es que sólo tenemos opiniones sobre lo que conocemos, ya que lo que NO conocemos, es nuevo y llega de repente a nuestras vidas para sacarnos de nuestra zona de confort y obligarnos a reaprender y a pensar, lo cual siempre resulta en un esfuerzo extra. Así que es más fácil, más cómodo y menos complejo tomar lo conocido, incluso si no nos gusta, porque al menos sobre ello tenemos una opinión.

Quizás esta sea la razón por la cual, cuando socialmente la humanidad se exige a sí misma redescubrirse y refundarse, lo cual implica cuestionar nuestras creencias y forma de ver el mundo, optamos por apoyar a quienes nos recuerdan lo conocido, lo que siempre ha sido y sobre lo cual no necesitamos mucha meditación, ya que simplemente nos gusta o no.

Parece una paradoja y confío en que exista forma de salir de ella,  pues la vida, en su movilidad constante solo nos presenta una alternativa: o desarrollamos la capacidad de cambiar o irremediablemente seremos cambiados, pues el mundo no va a detener en su evolución y de nosotros depende que la misma ocurra sin los traumas del pasado o que se genere un caos absoluto y la naturaleza deba realiza su proceso natural de selección corroborando los postulados de Charles Darwing “Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes;  sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”


No hay comentarios:

Publicar un comentario